Me había distraido un poco con la vida cotidiana, sus acechanzas y angustias que, si bien aportan experiencia, nos paralizan la imaginación, madre de la invención y del arte.
Pero he aquí que hoy sentí el deseo imperioso de continuar con esta crítica al academicismo, que se convierte en una camisa de fuerza para los verdaderos artistas.
Pero he aquí que hoy sentí el deseo imperioso de continuar con esta crítica al academicismo, que se convierte en una camisa de fuerza para los verdaderos artistas.
Con respecto, y para no dejar trunca la historia, el joven en mención recibió la carta más ridícula qe puedan imaginar, cuya principal conclusión fue que este ARTISTA debe volver a sustentar su tesis, porque no dijo de qué va a vivir -él ya vive de sus trabajos estéticos en teatro y música, a saber, tiene un grupo de teatro que se llama EXOSTO y ha ganado premios nacionales con él, tiene un grupo de rock y forma parte de un grupo que hace música turca donde él interpreta el ud -, y yo no sé cuantas más bobadas. Este joven que, al leer la tal carta rio hasta el llanto, decidió jamás graduarse y continuar su proceso natural que lo está llevando cada vez más alto.
Pero aquí se trata de analizar y valernos de una herramienta tan importante como es el libro que citamos.
Un creador, lo mismo que un intérprete, usa formas preconcebidas, pero la magia se encuentra solamente cuando se deja aflorar lo que se tiene dentro, aquello que es intuitivo y espontáneo. Esto implica riesgo, sí, pero es más riesgoso tener la habilidad de leer bien una partitura pero no expresar, y ser incapaz de tocar sin tener enfrente los puntitos. Quiero decir que, siendo la música un lenguaje del arte, debe EXPRESAR, COMUNICAR ALGO, y eso no se aprende con las reglas de la gramática: las reglas de la gramática musical no enseñan QUÉ DECIR. E igual sucede en todos los campos estéticos.
Dice en nuestro libro actual de cabecera:
"Vaya y dígale a alguien "¡Sea espontáneo! (...) Nos sometemos a maestros de música, de baile o de taller literario que pueden criticar o sugerir. Pero por debajo de todo eso lo que realmente nos piden es que seamos espontáneos, que seamos creativos. Y eso, por supuesto, es más facil decirlo que hacerlo."
Lo que tenemos que expresar ya está con nosotros, ES nosotros. Y las únicas técnicas que nos sirven para darlo a luz son las que inventamos nosotros mismos. Lo que, en algunos casos y cada vez con menos frecuencia, nos niega la academia, es encontrar el propio camino a través de la expresión del yo, el quemar nuestras propias etapas, esos avances provisionales que jamás son el último por tratarse de un viaje infinito en el que, cuando terminamos nuestra existencia, entregamos la antorcha que nos ha iluminado al relevo que nos espera. Entre tanto, saber música no es sólo aprender a captar el sonido y a trabajar con este sutil material como un tejido, sino también averiguar quién soy yo por medio de él; porque "hacer música" es una experiencia personal y directa, que se relaciona con niveles profundos y preverbales del espíritu humano.
Dice Nachmanovitch:
"Mirar el proceso creativo es como mirar un cristal: no importa qué faceta miremos, siempre veremos reflejadas todas las otras. (...) Estos temas interreflejados, prerrequisitos de la creación, son la actitud lúdica, el amor, la concentración, la práctica, la habilidad, el uso del poder de los límites, el riesgo, la entrega, la paciencia, el coraje y la confianza."
Es por eso que el conocimiento del proceso creativo no puede reemplazar a la creatividad, pero puede salvarnos de abandonar la creatividad cuando los desafíos son demasiado intimidatorios y el juego libre parece bloqueado.
Para terminar por ahora, en resumen, pienso que el propósito de una escuela de música no puede ser solamente aprovisionar a las orquestas de "fichas" reemplazables o de reemplazos de butaca, que puedan tocar (manosear) las partituras sin cometer "errores". Hay que darle instrumentos a los MÚSICOS para que puedan trascender y trascenderse (cómo serían de maravillosas las orquestas compuestas por verdaderos artistas); creadores, intérpretes del alma de los compositores, para quienes los "conocimientos musicales" sólo sean lo que es el lápiz (o el ordenador) al escritor: una herramienta de su mente.
Si de verdad están interesados, les prometo un capítulo 3. Mientras tanto les digo que les tengo el amor de siempre y que espero muchos comentarios.
Leonor
1 comentario:
La técnica, la academia... nos muestra el camino de lo que hay, las formas, la historia, la evolución, etc... Solo es eso, información, herramienta de trabajo, obviamente y sobretodo para los artistas, lo más importante es que te permita sacar eso que tienes dentro y que es tu sello personal... no puede ser una carcel de tu creatividad....
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