martes, 13 de marzo de 2007

TODO AÚN NO ESTÁ PERDIDO

Un sentimiento de esperanza, me envolvió al observar el día domingo muy a las 11am, bajo una mañana soleada, un gran número de jóvenes, gritando con voz aireada “fuera yanquis” y prendiendo fuego con gran entusiasmo a muchas banderas de los Estados Unidos. En fin, no era un domingo como cualquiera, todo estaba preparado, las calles por donde pasaría el invitado desoladas y vigiladas, los medios de comunicación, prontos al amplio cubrimiento, que merecida tan esperada visita y por su puesto, todo el aparato policial y represivo listo, por si los manifestantes o lo “enemigos de la democracia”, intentaban mostrar algún asomo de inconformidad, por la tan esperada venida del presidente de los Estados Unidos, dignísimo personaje, responsable de múltiples crímenes contra la humanidad en prácticamente todos los rincones del mundo.

Las cosas parecían transcurrir en completa calma, uno que otro amigo, cada vez más y más, chicos jóvenes y cada vez, más y más, banderas del coloso del norte prendiendo fuego en señal de rechazo, odio y repudio que hoy expresa una gran masa de nuevos ciudadanos colombianos, que no se resignan a estar sometidos a los designios del capitalismo salvaje que se muestra cada vez más aplastante contra los pueblos del sur.

El ambiente se iba calentando, el aterrizaje del avión que traía al mentado mandatario y toda su comitiva, avivo los cánticos antiimperialistas y antiuribistas. Al momento de avistar sobre la calle 26 con carrera 7, la caravana de lujosas limusinas y extraordinarias camionetas con toneladas de blindaje para proteger al hombre mas odiado del planeta, los manifestantes queríamos marchar y decirle al personaje que no nos gusta tenerlo en casa, que no somos borregos, que no queremos ser mas una de sus colonias y, que a pesar de toda la corrupción, que campea por estos tiempos en el gobierno colombiano, que más que nunca, se evidencia como un gobierno cargado de oscurantismo y muerte, somos una parte importante de ese pueblo que aún cree en un país digno, sin violencia y con justicia social.

Y allí acudimos a la cita, a la que no podíamos faltar los que desde hace más de dos décadas, tal vez algunos tres, soñamos con un país mejor, un país donde quepamos todos y donde todos tengamos todo. Como dice uno de mis mas admirados grupos de música moderna Manu Chao “para todos todo"


Nubia

1 comentario:

Leonor dijo...

Me parece interesante y necesario formar parte activa en las protestas orgabizadas contra lo que es evidentemente intolerable para un pueblo: dar bienvenida de superhéroe al símbolo mismo de la opresión universal, disfrazada bajo la capa supermánica del "justiciero". Pero, quien escribió esta airada nota, olvidó mencionar lo más ofensivo de todo: tener que soportatr, nosotros los colombianos que amamos a nuestro país tal como puede amarse a una madre enferma y postrada, ver por televisión a unos hotentotes de lengua inglesa, vestidos de civil y armados con detectores de armas diferentes de los fusiles sin cartuchos que llevaban para rendir "honores militares", que requisaban a nuestros soldados pertenecientes al batallón guardia presidencial. Extranjeros, en el patio principal de nuestra casa, requisando ofensivamente a nuestros soldados. ¿Entonces, para qué hablan de soberanía?
Sentí a tal grado la inmensa humillación, que anduve vociferando durante todo el día, sintiendo el corazón como una uva pasa.
La disculpa? La seguridad del presidente de EU, por si alguno de los soldaditos le quería dar materile. (jeje!!!) Y Uribito, el enanito de quien no se sabe si despacha sentado o arrodillado, con guiños y risueñas caritas, disculpando esta actitud.
¿qué piensan?